GRAN CASUALIDAD. Anécdota.

El 4 de enero de 1994, con mi hija Julia, de solo 11 años, inicié mi segundo raid desde Puerto Iguazú, en esta ocasión hasta el puerto de Buenos Aires.

El 31 de diciembre de 1988 había salido desde allí por primera vez, con mi hijo Lucio, de 1l años también, en esa ocasión, hasta la ciudad de Paraná.

Remando solos en nuestra piragüa, ese primer día avanzamos mucho, pues el alto Paraná corre muy rápido, encajonado entre altas barrancas cubiertas de la rica vegetación tropical.

Así fué que al atardecer hicimos campamento en un lugar llamado "Mado", unos 90 kilómetros aguas abajo de la confluencia del Iguazú con el Paraná, km.1927 de este río, en el lugar conocido como "la triple frontera", Argentina, Paraguay y Brasil.

Como en toda frontera internacional, tomé mis precaucoines al acampar y mas en esta ocasión, acompañándome mi pequeña hija.

El lugar había sido un club, que en ese momento estaba abandonado y me pareció un buen sitio, pues estaba bastante limpio de vegetación y con superficies planas para poder levantar la carpa. Las empinadas barrancas con afloramientos de roca basáltica, la piedra mora de algunos cuentos de Horacio Quiroga, dificultan encontrar buenos lugares para un campamento, por mas que sea de unaa sola noche.

Ya instalados y con las primeras sombras de la noche, llegó un automóvil con 4 hombres, que se ubicaron en la costa para pescar. Eso es lo malo de los buenos lugares. Es posible que otras personas también los encuentren. Como dice Martín Fierro: "nunca es bueno tener priendas que otros codiceen".

Así que me arrimé a ellos y entablé una conversación para evaluar que clase de personas eran, atento a nuestra indefensión en ese lugar.

Pero quedé traanquilo al saber que eran lugareños, misioneros, y que dos de ellos, hermanos, eran suboficiales o marineros de la Prefectura, de vacaciones. Uno, prestaba servicios en Bariloche y el otro en el puerto de Buenos Aires. Respondiendo a sus peguntas les conté de donde salimos y hacia donde íbamos.

Claro que, nombrar el puerto de Buenos Aires en ese lugar, a 2000 kilómetros de río, como destino de una pequeña piragüa tripulada por un hombre y una niña, resultaba, cuando menos ... extraño.

Cuando despertamos, al amanecer,estabamos solos nuevamente.

El raid continuó. A los días, se sucedieron las semanas de solitarias y largas horas de remo. Los nombres de los lugares y Prefecturas en las que nos presentamos y que dejábamos atras, se sucedían también: El Dorado, Piray, Montecarlo, Garuapé, Puerto Rico, Mineral, Oasis, Corpus, San Ignacio, Santa Ana, Candelaria, Posadas, Destacamento Nicasio Parma, Garapé (estos dos últimos bajo las aguas del embalase de Yaciretá), Apostadero en el dique frontal, Ituzaingó, Ita Ibaté, Yahapé, Itatí, Puerto Gonzalez, Paso de la Patria, Corrientes, Empedrado, Bella Vista, Goya, Esquina, La Paz, Hrnandarias, Paraná, Diamante, San Lorenzo, Rosario, Villa Constitución, San Nicolás, Baradero, Zárate, Campana, Escobar, Dique Luján, Tigre, San Fernando, San Isidro y Olivos, última prefectura que tocamos, el 2 de febrero antes del gran día, ya a la vista de ciudad monstruosa.

Nombro todo esto para dimensionar lo lejos que había quedado el recuerdo de Puerto Iguazú y Mado.

La Prefectura en Buenos Aires tiene una enorme cantidad de personal y dependencias, abarcando todas las dársenas y los diques hasta dársena sur, en la boca del Riachuelo, un enorme puerto de ultramar y cabotaje con intenso movimiento. Además de tener asiento allí la Prefectura de Zona del Río de la Plata y el Edificio Guardacostas, en Cangallo y Madero, donde está el comando general de la institución y todas su enorme maquinaria burocrática.

Como dato anecdótico, lo que hoy se conoce como "Puerto Madero", en ese entonces no existía.

Yo había previsto finalizar mi raid en el Yacht Club Argentino, que está en Dársena Norte, donde previamente había hablado con sus autoridades por el permiso necesario.

Pero, el 3 de febrero, cuando salimos del puerto de Olivos, donde habíamos pernoctado, y ya en pleno Río de la Plata, se empezó a levantar viento del sudeste y a comenzar una marejada, leve, pero aumentando. El trayecto es corto. Uno tiene a la vista la enorme central termoeléctrica que está en el puerto, pero no hay costa donde refugiarse, pues a la derecha está el murallón de la costanera porteña.

Cuando pasamos a la altura del aeroparque vimos levantar vuelo a un jet de pasajeros, que nos pareció enorme y contrastamos esa visión con las barrancas del Alto Paraná, que nos pareció muy, muy lejano, en distancia y en el tiempo, cronológico y emocional.

Al sobrepasar el largo muelle del Club de Pescadores, ya desistí de llegar a Dársena Norte, que implicaba franquear todas las dársenas, de la A a la F. Así fué que ante nosotros apareció la entrada de esta última dársena con sus aguas tranquilas, como una invitación irresistible, ante el rio muy movido en el que veníamos.

Una vez adentro, dejamos los remos y como pudimos,a bordo de nuestro pequeño bote, estirándonos, nos acercamos y nos apretamos las manos con la alegría de haber culminado un raid de 2000 kilómetros (1927 del Paraná, 2 del Iguazú y unos 40 del Río de la Plata)

Bueno, estábamos en medio de la dársena, aguas tranquilas, pero... donde parábamos?

La respuesta la ví en un guardacostas de gran porte amarrado en el fondo. Y hacia allí nos dirijimos.

Nos estaban esperando pues nos habían visto. Se abrió un portalón en el costado y por allí subimos nosotros y la piragüa.

El guardacostas pertenecía a la División Búsqueda y Salvamento de la Prefectura y operaba en el Río de la Plata. Su capitán, un oficial de apellido Annichini, nos saludó con mucho afecto, ofreciendo su buque para bañarnos, vestirnos, con ropa de calle y desde su radio, dimos por finalizado el raid ante Prefectura.

Y luego me dijo que cuando nos vieron entrar a la dársena, uno de sus marineros le dijo: " Ese hombre y la nena vienen de Iguazú. Yo estuve con ellos en Mado ".

Es una gran casualidad... ¿ no les parece?

El oficial Annichini, según nos dijo era sobrino de un señor Anichini, que en ese momento era, y lo fué por muchos años, "comodoro" del "Paraná Rowing Club" de Paraná, persona de nuestro conocimiento y aprecio. Otra casualidad.

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