FRONTERA PELIGROSA (anécdota)

En abril del 2009 largamos con Cristina desde el puente que está en la ruta 11 sobre el arroyo Monte Lindo en la provincia de Formosa,unos 30 kms al norte de esa ciudad, junto con un grupo de piragüistas y kayakistas convocados por Julio Espínola en representación de la Municipalidad de Formosa, en el raid anual que se realiza hasta esa ciudad, conmemorativo de su fundación.

Después de un día y medio de navegación, salimos al río Paraguay, a la altura de Puerto Dalmacia, km 275 de dicho río.

Desde allí en un día y medio más de remo, llegamos al puerto de Formosa, donde el grupo se disolvió y nostros dos seguimos solos.

En el puerto de Formosa fuimos recibidos y despedidos por el Jefe de dicha Prefectura y por el suboficial encargado de la Oficina de Operaciones,Ayudante Principal Sebastián Gimenez, quien, además de asesorarnos minuciosamente sobre las particularidades del río hasta la boca del Bermejo, en el kilómetro 82 del Paraguay, donde termina la jurisdicción de dicha dependencia, tuvo la extraordinaria gentileza de obsequiarnos con fotocopias de las cartas náuticas de ese sector del río.

Además, nos advirtió sobre la peligrosidad de la frontera entre los kms 120 y 130,lugar conocido como Banco Payaguá, dada la intensa actividad de hostiles contrabandistas allí detectada.

Después de dos días de remo, nos agarró la noche sin encontrar un buen lugar para acampar, por lo que debimos hacerlo donde pudimos, que era exactamente el lugar descripto como peligroso.

Tratando de pasar desapercibidos cocinamos y cenamos con la última luz del día para no prender luces durante la noche, y armamos la carpa en la oscuridad.

Aproximadamente a la diez de la noche, entredormidos ya, fuimos despertados por un reflector que inundaba la carpa de luz.

Me asomé por la puerta, dispuesto ya a desarmar todo y empezar a navegar pues suponía que venían a echarnos, como corresponde hacer con molestos testigos de un cruce fronterizo ilegal.

Para nuestra tranquilidad y alegría, era un guardacostas del Destacamento Cano (km 90 del río) que, avisado por alguien de nuestro presencia en ese inadecuado lugar, fué desplazado con tres hombres para acompañarnos durante la noche. Y como un detalle importante, se alejaron unos 30 metros, para no perturbar nuestra intimidad.

Al día siguiente,después de amanecer en ese lugar, garetearon atrás nuestro hasta el mediodía, cuando se despidieron y regresaron a su base.

A media tarde, luego de pasar frente a la importante ciudad paraguaya de Pilar, llegamos al Destacamento Cano, donde nos esperaba su Jefe, el Subprefecto Amarilla, en la costa, para recibirnos e invitarnos a pernoctar en las instalaciones a su cargo.

Es innecesario decir cuanto le agradecimos la seguridad brindada la noche anterior y la comodiad ofrecida en la siguiente.

Pero ademas, este excelente oficial superior de la Prefectura de Formosa, tuvo al día siguiente otro valioso gesto con nuestra seguridad.

Pero ésto merece otra anécdota, que luego escribiré, con el título " El temible Bermejo crecido". Hasta entonces.

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