JUEVES 28.2.13. HS 21,00

Acampando en el predio de la Prefectura paraguaya, en Humaitá. Llegamos horas 15 y decidimos quedarnos acá y no seguir. Ya no llegaríamos a Isla del Cerrito y no hay buenos lugares para acampar, desde acá a la confluencia. Las Palmas, donde hay un destacamento de la Prefectura argentina, es un lugar absolutamente inhóspito para un kayak, con barrancas altas y mucha gente circulando.

La Prefectura paraguaya nos recibe con la amabilidad y buena predisposición con que nos recibió en todo el trayecto, desde Bahía Negra, 1.200 kilómetros más arriba. Vienen a nuestro recuerdo las Prefecturas de Bahía Negra, Fuerte Olimpo, Isla Margarita, Vallemí, Concepción, Antequera, Piquete Cué, donde hemos pernoctado y recibido tantas atenciones y muestras de afecto. Humaitá es la última, antes del fin del río Paraguay.

Como lo hacemos cada vez que paramos en Humaitá - y lo hemos hecho una decena de veces - cenamos en el bar "La Terraza", en la costa, entre las hist´ricas ruinas de la Iglesia de San Borromeo, destruida en la guerra de la Triple Alianza y el cuartel general del Mariscal Solano Lopez, hoy devenido en museo.

Como siempre, su dueña, doña Dora Cáceres y su esposo nos reciben con muestras de afecto que nos emocionan.

Como todo, en esta histórica ciudad, está tocado por los recuerdos de la "Guerra Grande" y adornando las paredes del local, hay espuelas, sables, proyectiles, rescatados del campo de batalla de Curupaity, cuyas trincheras - invictas -, a solo 15 kms aguas abajo, protegían la ciudad del avance aliado.

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