Otro elemento esencial en nuestro equipamiento es el sistema calentador del que dispongamos. Uno eficiente nos asegurará comida caliente en cualquier circunstancia... aunque llueva ... aunque sople fuerte el viento ...aunque llevemos muchos días de navegación sin tocar ningún poblado ...
Para un raid en kayak, donde el espacio es muy limitado, un sistema calentador califica como eficiente si:
- nos permite cocinar con lluvia o viento;
- usa un combustible fácil de reponer en cualquier lugar y circunstancia;
- usa un combustible económico;
- usa un combustible que no ofrece riesgo de contaminar ni de estallar(nafta, querosene, gas)
- no nos exige ningún trabajo demasiado engorroso, sucio, fatigoso o aún peligroso (leña);
- ocupa poco espacio;
-.es liviano y poco voluminoso, para asegurarnos provisión para varias semanas.
¿ Existe un sistema así?
Sí. Por suerte, lo encontré casi desde mis primeros viajes. Fue gracias a un raidista en bicicleta, que allá por la década del 80 me dijo: " Yo cocino con alcohol. Lo puedo comprar en cualquier lado, hasta en una farmacia".
Esa idea inicial fue poco a poco perfeccionada por mí hasta brindarme un elemento de confort, que por sus prestaciones, me provoca tanto entusiasmo como los catres.
Básicamente, lo que uso es:
- un calentador de alcohol, de fuego directo, sin mecha,;
- introducido en una lata de leche en polvo de 800 gramos, sin tapa y con una abertura lateral, para protegerlo del viento;
- un jarro con tapa de un litro o un poco más que encaja casi a presión en la lata;
- un protector de viento formado por rectángulos de aluminio, articulable, plegable, que rodea todo lo anterior, brindando protección extra; ( se consigue en casas de artículos de campings)
- un embudo para cargar el calentador y recuperar el alcohol que pueda sobrar;
y nada más.
El rendimiento:
- 50 cc de alcohol puro (el de uso medicinal, de 96 grados) hace hervir un litro de agua de 16 minutos.
Con Cristina debemos calentar 5 litros de agua por día: un litro para el mate de la mañana, otro litro para el mate de la tarde, dos litros para preparar la cena y el café de sobremesa, y otro litro para las dos sopas instantáneas del mediodía y los dos café con leche del desayuno.
Quiere decir que precisamos un cuarto litro de alcohol por día. Lo que con un cálculo simple nos indica que para una travesía de dos semanas con 3 litros y medios tendremos combustible suficiente. Que en un kayak doble o en dos kayak se acomodan muy fácilmente.
El alcohol medicinal nos dá la seguridad que si se nos derrama en el tambucho, no nos contaminará ni manchará nada, cosa que no ocurre con el alcohol "de quemar" o metílico, que es tóxico.
Además, por su condición de "medicina", lo podemos conseguir prácticamente en cualquier lugar, aún en una farmacia de turno algún domingo o alguna noche, y aún en los pequeños comercios que podemos encontrar en los solitarios parajes que nuestro afán de aventuras nos lleva.
¿ Donde conseguimos tubitos de gas butano en el alto Paraguay, en el Pantanal del Matto Grosso o en las poblaciones ribereñas del Bermejo en "El impenetrable" ? ¿ Donde conseguiremos recargar una "garrafita" en esos lugares y cuanto tiempo perderemos buscando donde hacerlo, quizás a kilómetros de distancia, si es que existe? ¿ Cuanto nos llevará, si es que se puede, hacer fuego con leña, bajo una lluvia torrencial, o con leña húmeda? ¿ Cuanta energía emplearemos para recoger leña, o cortarla? ¿Cuánto enojo nos producirá la nafta o querosene si nos contamina el gusto de la yerba o de otros alimentos? ¿ Cuantos despertares en nuestra carpa serán más alegres si en pleno invierno no tenemos que empezar el día haciendo fuego con palitos, con los dedos de las manos ateridos por el frío?
A continuación, algunas imágenes de mi calentador. Las dos primeras lo muestran dentro de la bolsa en que los transporto, incluyendo un litro de alcohol. Como se vé, es un bulto muy pequeño.
Este equipo, renovado con el pasar del tiempo, me ha servido desde los años 80, en muchos meses de travesía a lo largo de miles de kilómetros...
Para un raid en kayak, donde el espacio es muy limitado, un sistema calentador califica como eficiente si:
- nos permite cocinar con lluvia o viento;
- usa un combustible fácil de reponer en cualquier lugar y circunstancia;
- usa un combustible económico;
- usa un combustible que no ofrece riesgo de contaminar ni de estallar(nafta, querosene, gas)
- no nos exige ningún trabajo demasiado engorroso, sucio, fatigoso o aún peligroso (leña);
- ocupa poco espacio;
-.es liviano y poco voluminoso, para asegurarnos provisión para varias semanas.
¿ Existe un sistema así?
Sí. Por suerte, lo encontré casi desde mis primeros viajes. Fue gracias a un raidista en bicicleta, que allá por la década del 80 me dijo: " Yo cocino con alcohol. Lo puedo comprar en cualquier lado, hasta en una farmacia".
Esa idea inicial fue poco a poco perfeccionada por mí hasta brindarme un elemento de confort, que por sus prestaciones, me provoca tanto entusiasmo como los catres.
Básicamente, lo que uso es:
- un calentador de alcohol, de fuego directo, sin mecha,;
- introducido en una lata de leche en polvo de 800 gramos, sin tapa y con una abertura lateral, para protegerlo del viento;
- un jarro con tapa de un litro o un poco más que encaja casi a presión en la lata;
- un protector de viento formado por rectángulos de aluminio, articulable, plegable, que rodea todo lo anterior, brindando protección extra; ( se consigue en casas de artículos de campings)
- un embudo para cargar el calentador y recuperar el alcohol que pueda sobrar;
y nada más.
El rendimiento:
- 50 cc de alcohol puro (el de uso medicinal, de 96 grados) hace hervir un litro de agua de 16 minutos.
Con Cristina debemos calentar 5 litros de agua por día: un litro para el mate de la mañana, otro litro para el mate de la tarde, dos litros para preparar la cena y el café de sobremesa, y otro litro para las dos sopas instantáneas del mediodía y los dos café con leche del desayuno.
Quiere decir que precisamos un cuarto litro de alcohol por día. Lo que con un cálculo simple nos indica que para una travesía de dos semanas con 3 litros y medios tendremos combustible suficiente. Que en un kayak doble o en dos kayak se acomodan muy fácilmente.
El alcohol medicinal nos dá la seguridad que si se nos derrama en el tambucho, no nos contaminará ni manchará nada, cosa que no ocurre con el alcohol "de quemar" o metílico, que es tóxico.
Además, por su condición de "medicina", lo podemos conseguir prácticamente en cualquier lugar, aún en una farmacia de turno algún domingo o alguna noche, y aún en los pequeños comercios que podemos encontrar en los solitarios parajes que nuestro afán de aventuras nos lleva.
¿ Donde conseguimos tubitos de gas butano en el alto Paraguay, en el Pantanal del Matto Grosso o en las poblaciones ribereñas del Bermejo en "El impenetrable" ? ¿ Donde conseguiremos recargar una "garrafita" en esos lugares y cuanto tiempo perderemos buscando donde hacerlo, quizás a kilómetros de distancia, si es que existe? ¿ Cuanto nos llevará, si es que se puede, hacer fuego con leña, bajo una lluvia torrencial, o con leña húmeda? ¿ Cuanta energía emplearemos para recoger leña, o cortarla? ¿Cuánto enojo nos producirá la nafta o querosene si nos contamina el gusto de la yerba o de otros alimentos? ¿ Cuantos despertares en nuestra carpa serán más alegres si en pleno invierno no tenemos que empezar el día haciendo fuego con palitos, con los dedos de las manos ateridos por el frío?
A continuación, algunas imágenes de mi calentador. Las dos primeras lo muestran dentro de la bolsa en que los transporto, incluyendo un litro de alcohol. Como se vé, es un bulto muy pequeño.
Este equipo, renovado con el pasar del tiempo, me ha servido desde los años 80, en muchos meses de travesía a lo largo de miles de kilómetros...
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