El "Tres ríos" 2013

Bueno, terminamos un nuevo raid  del Club Yapú Guazú. Catorce días y 650 kilómetros remados en los ríos Bermejo, Paraguay y Paraná, con un grupo de buenos amigos, de los viejos y de los nuevos.
 
El Bermejo está con muy poca agua y el Bermejito con menos. Así que no pudimos empezar a remar, como es la tradición  en Villa Río Bermejito, "la puerta del Impenetrable", pues el Bermejito estaba casi seco. Entonces empezamos en Puente Lavalle, ahorrándonos unas 2 horas de remo y perdiéndonos navegar en "el antigüo cauce del Bermejo".
 
El río bajo, con muchos troncos y bancos de barro y arena hicieron mas entretenidas las largas horas de remo, unas 70 en total .
 
Los insuperables guisos del gran cocinero y amigo formoseño, Andrés, secundado por  el amigo Coki, gran cocinero y gran remador, también, hicieron aún mas placenteros los campamentos ... "Las hormigas" ... "El carpincho" ... "Las lilas" ... "Los limones" ... "La confluencia" ... "Humaitá" ...
 
En alguna ocasión, tortas fritas hechas por Dani Arregui y pescado frito.
 
No llovió ningún día, excepto el domingo último, torrencialmente, en el trayecto Isla del Cerrito, boca del Antequera.
 
Frío, solamente en  el trayecto remado del Pirá Yaguá a "Las Lilas" y desde que salimos al río Paraguay hasta llegar al Club, en Barranqueras, es decir, los últimos tres días.
 
El viento solpló caliente del norte con fuerza y con rachas aún mas fuertes durante los 12 días remados en el Bermejo y al salir al río Paraguay nos esperaba un suroeste muy fuerte que duró el viernes13, el sábado 14 y se incrementó aún mas  cambiando al sureste desde el amanecer del domingo 15, ya navegando en el Paraná. La atención que exige el navegar con oleaje importante hace  que las horas parezcan mas cortas.
 
En Presidencia Roca, nos dejaron Pablito Cabanillas (Buenos Aires), Víctor Derka (Buenos Aires), y Lidia Zapiola y su compañero Gonzalo Avalos y Mariela Perez, (todos de Resistencia). También el Profe Fuentecilla, quien se volvería a sumar en El Colorado. Y se sumaron Pato Camors  y Anselmo en su kayak nuevito.
 
En El Colorado dejaron los kayaks de Paolo Inocenti (Resistencia) y Luciano Bonfiglio (Resistencia), quienes quería probarse en el duro trayecto de Roca a El Colorado: 9 horas netas de remo. Y se sumó Don Tacchi (Resistencia), el histórico e interminable kayakista de 78 años, que por primera vez en 23 travesías, no hacía las dos semanas del trayecto completo.
 
En Puerto Eva Perón (nombre actual), o Puerto Velaz (nombre histórico), o Puerto Betty (nombre puesto por los raidistas desde hace muchos años), se sumaron para los últimos cuatro días el kayak del amigo Néstor Moreno (Rosario),  el kayak de Silvia Córdoba (Corrientes), Patón Luna (Santa Fe) en piragua y  el kayak de José Molas (Formosa).
 
En Puerto Bermejo se subieron para los últimos dos días y medio Eduardo Borda y Eduardo Bazán, ambos de Resistencia.
 
En Humaitá, la histórica ciudad paraguaya de la guerra de la Triple Alianza, Cristina y yo y algunos otros aprovechamos para no levantar la carpa alojándonos en el hotel que está pegadito al río, pudiendo así dormir en un colchón y bañarnos con agua caliente ( 40.000 guaraníes cada uno). Y desaprovechando el guiso de Andrés-Coki, cenamos en el Bar La Terraza, como todos  los años que pasamos por allí, bien atendidos por doña Dora Cáceres, su dueña.
 
Como veníamos con tiempo y con la guía del capitán de la travesía, Horacio Zapiola, varios kayaks, al pasar por las barrancas de Curupaity, bajamos y visitamos el campo de batalla del 22 de setiembre de 1866. Allí  el ejército de Solano Lopez, bien atrincherado, produjo 8.000 bajas al ejercito aliado, con 5.000 muertos argentinos, entre ellos Dominguito, el hijo de Sarmiento. Momentos de emoción por los sangrientos hechos allí ocurridos y por saber que tantos compatriotas están sepultados en el lugar en fosas comunes sin identificar.
 
Pese al viento sur, el gran remanso de la desembocadura del Paraguay en el Paraná estaba mas o menos tranquilo y nos permitió cruzarlo con tranquilidad.
 
Isla del Cerrito. Ultima noche. Levantamos las carpas bajo el gran quincho sobre el río pues amenazaba llover. Cena de emparedados de pesceto con salsa  roquefort.
 
Domingo 15. Horas 0900 zarpamos con fuerte viento sureste.  Esquivamos el río grande metiéndonos por el "Guascarita", que nos ahorraba  unos  centenares de metros el fuerte oleaje. 1130 entrabamos al riacho Antequera y a las 1330, finalizábamos en el Club Yapú Guazú, con un gran asado de despedida.
 
Menciones especiales:
 
 A Rabito (Raúl Ayala), quien remó con nostros por primera vez y demostró ser un admirable guitarrista que nos hizo recordar a Waldir Azevedo y su "Brasilerinho" o a Oscar Aleman, tocando "Delicado". Y a su compañero Claudio Oviedo, gran guitarrista también.
 
A José Gomez, de Concordia, que navegó en su kayak, "El Arisco" con su perro Benito, de impecable comportamiento y que se mereció una medalla y un certificado en la ceremonia final.
 
A la gente de Humberto Primo, Santa Fé, "Los Carditos", Pablo Cardo, su esposa, su hijo y Ester García y Roberto Copes, todos en kayaks, todos aventureros de largas travesías. Excepto Ester, que era su primera vez y superó con laureles las dos semanas de remo.
 
A Horacio Zapiola, quien ofició de "Capitán"  de la travesía y que supo conducir eficientemente a este grupo tan numeroso, durante  quince largos días, de mucha convivencia, mucho esfuerzo físico,y afrontando los riesgos de navegar en grandes ríos.

A Mario del Palacio y Alberto Hidalgo, que en su pequeño bote a motor cumplieron durante las dos semanas la importantísima tarea de ir detrás de todos, los que nos brindó mucha seguridad.
 
Un agradecimiento especial a Juan Cabrera, su esposa Rita, su hijo Guille y sus otras hijas y sus yernos, que han sido el alma mater de esta travesía, sin cuyo concurso difícilmente pueda ser realizada.










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