¿OTROS LOCOS COMO NOSOTROS?

El  ¡¡¡ 31 de diciembre !!! de 1988, al mediodía, en Puerto Iguazú, en la piragüa "Gloire", con mi hijo Lucio, entonces de 12 años, empezaba a remar con destino a Paraná, a casi 1.400 kilómetros. Era mi primer raid desde ese lugar. Luego volvería a salir desde allí, 3 veces más  ... 1994, 2000 y 2014, uno de ellos terminado en la dársena "F"del puerto de Buenos Aires.


Sol radiante, calor tropical, recomendaciones de Prefectura, miradas mezcla de reprobación, lástima, excepticismo y quizás algo de admiración y envidia, estrechadas de mano, expresión de buenos deseos y adiós, adiós, adiós... y ya estamos en el río... solos ... con nuestra alegría y esperanzas y nuestros miedos y dudas.




¿Por qué un 31 de diciembre? Tiempo acotado por mis obligaciones de la vida "normal", deseo de experimentar un fin de año en la soledad absoluta, impaciencia por empezar un raid soñado desde mi adolescencia.




¿Experiencia previa? Poca. Solamente un modesto y solitario raid inaugural desde Goya hasta Paraná y un raid grupal - ¡ casi 400 piragüas y kayaks ! - desde Rosario a Victoria, siempre con Lucio, mi pequeño hijo.




El Iguazú estaba muy bajo, tanto, como nunca lo volví a ver: el hidrómetro marcaba solo un poco más de 7 metros.



El Paraná corría veloz, como siempre, y en pocas horas estábamos en Puerto Libertad,  a unos 50 kms de la partida,. Una escalera de 200 escalones nos llevó al destacamento de Prefectura, en lo alto de la barranca, desde donde nuestro bote se veía pequeñito, como si fuera de juguete.




El personal ya estaba preparando la cena de despedida del año viejo y recepción del nuevo. La leña esperando en la parrilla, la mesa tendida en la galería, clima de fiesta y ... la invitación a quedarnos allí ... la extrañeza y sincero pesar  ante mi negativa ... las expresiones de pena ante la certeza que si seguíamos, en dos horas sería la noche y estaríamos en medio de la nada ... reiteración de invitación a compartir ... reiteración de negativa ... y sinceros y reiterados agradecimientos ...


Reanudamos. Unos 5 kilómetros aguas abajo, por supuesto costa argentina - la otra es paraguaya - entramos en la desembocadura de un arroyo y en una playita acampamos y allí pasamos de un año al otro, Nuestro festejo fue sobrio, como es la vida de un raidista de canotaje, siempre limitado en espacio para sus cosas. A las 10 de la noche estábamos durmiendo. A las 12 me desperté, lo desperté a Lucio, nos deseamos muchas felicidades, recordamos a nuestros seres queridos, tan lejanos físicamente y seguimos durmiendo. El silencio de la costa argentina contrastaba con el verdadero "tiroteo" festivo que se escuchaba desde la costa paraguaya.


El primer día del año, amaneció nublado y tormentoso. Apenas empezamos a remar, se desató la lluvia, copiosa, interminable, exagerada, como  es la naturaleza en los trópicos.


Seguimos navegando. Pasamos frente a la invisible - desde el río - localidad de Wanda , pasamos por delante de a la primera e  inmensa Papelera que contamina nuestro Paraná en su curso argentino, pasamos frente a Paranambú, la primera isla del Alto Paraná, y dejamos atrás 60 kilómetros de un interminable paisaje de barrancas, vegetación exuberante y piedra mora. Y siempre acompañados por la lluvia, nos aproximamos al puerto de Eldorado. Durante el recorrido veníamos comentando que los ribereños que nos verían pasar, un primero de año, remando bajo la lluvia, pensarían que éramos un par de locos - ¿ estarían equivocados ? - y nos reíamos y nos sentíamos contentos.


Eldorado tiene un muelle de material sólido, alto, que permitía en épocas felices del transporte fluvial la operatorio del intenso tráfico de cargas y pasajeros, hoy inexistente.


Sobre ese muelle, a las 3 de la tarde, cuando nos aproximábamos, veníamos observando a un grupo de 10 o 15 personas, con paragüas, bajo el agua que seguía cayendo a raudales desde el cielo, inmóviles, silenciosos, contemplando el río... ¿ un 1º de enero? ... ¿ soportando la tormenta? ... ¿ a la hora de la siesta ? ... ¿ mirando el río ? ....  ¿ otros locos como nosotros dos ? .... ¡ no éramos los únicos !


Saludo al pasar, levantando la mano, como es mi costumbre ... saludo apenas correspondido.


Mas abajo, en la Guardia de la Prefectura de Eldorado - arriba de la barranca, un camino sin escalera, de  colorada y resbaladiza tierra gredosa misionera -  se reveló el misterio. Los "otros locos" del muelle eran los familiares de una parejita de novios adolescentes que el día anterior, se habían ahogado allí. Y no miraban la belleza  de nuestro rio sino que esperaban, vanamente, con la inútil esperanza que da la desesperación, que aparecieran los cuerpos de aquellos dos que ya no eran ...

















Comentarios

  1. Qué historia! Entre la belleza y el dolor. Como la vida

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